Los administradores de riesgos de hoy están más ocupados que nunca, equilibrando los riesgos externos, de desempeño y financieros con la supervisión del gobierno corporativo. Más allá de mantener programas de seguros integrales, estas personas deben identificar, evaluar e implementar planes para mitigar los riesgos que podrían afectar negativamente la reputación, la seguridad o el éxito financiero de la organización.
Si bien cada categoría merece su atención específica, garantizar un programa sólido de ética y cumplimiento debe estar en la parte superior de la lista de prioridades de cada grupo de riesgo. Las culturas éticas y de cumplimiento basadas en valores ayudan a limitar la exposición de una empresa y se han relacionado con mejores resultados comerciales, mayor felicidad de los empleados y una mejor imagen de marca.
Problemas con la cultura corporativa
Según el informe Estado de ética y cumplimiento en el lugar de trabajo de 2021 de GBES, casi un tercio de todos los empleados a nivel mundial informaron sentir presión para comprometer los estándares éticos de su organización durante períodos de cambio.
Sin embargo, a pesar de tener demasiadas tareas y no poder controlar todos los sitios de una organización, los administradores de riesgos pueden aprovechar un enfoque de ética y cumplimiento basado en datos que facilita la priorización, el seguimiento y la mejora de los programas generales. Este tipo de programa también ayudará a normalizar la ética y el cumplimiento como parte del trabajo de todo líder.
Desarrollo de un plan automatizado para toda la empresa
Construir, reestructurar o mejorar el programa completo de una organización no es fácil. Es una tarea multifuncional que requiere una estrecha colaboración de múltiples departamentos. Sin embargo, para que el programa avance, los gestores de riesgos desempeñan un papel integral. Para las organizaciones que buscan mejorar sus programas de ética y cumplimiento corporativo, es imperativo comenzar centrándose en estas cinco áreas:
- Garantizar la aceptación de toda la empresa: Los gestores de riesgos pueden identificar dificultades, pero no pueden instituir cambios por sí solos. Por lo tanto, es fundamental asociarse con los departamentos de cumplimiento, legal, auditoría interna y recursos humanos para garantizar que toda la organización esté en sintonía, operando con el mismo lenguaje y trabajando para lograr los mismos objetivos.
- Establecer puntos de referencia: No se puede medir lo que no se rastrea. Si bien la ética a veces puede ser vaga y difícil de cuantificar, es esencial desarrollar un cuadro de mando integrado que destaque el cumplimiento sustancial y los estándares éticos. Los puntos de referencia específicos podrían incluir la cantidad de quejas éticas, tasas de fundamentación, el porcentaje de informes anónimos, violaciones de cumplimiento y más.
- Recopile datos y rompa silos: La parte más difícil de este paso no es recopilar los datos sino integrarlos. La mayoría de las organizaciones ya están recopilando informes de líneas directas, encuestas culturales, informes de cumplimiento y declaraciones de auditoría. Sin embargo, los departamentos no comparten ampliamente esta información por temor a la exposición. La gente también suele tener miedo de denunciar problemas de cumplimiento. Por eso es tan importante comenzar con la aceptación de toda la empresa. Romper los silos permite a las organizaciones desarrollar una visión holística de la situación de ética y cumplimiento de una empresa.
- Simplifique con la automatización: Con la información recopilada y priorizada la transparencia, el siguiente paso es integrar los datos. Con múltiples sistemas de software para recopilar datos, incluido software de recursos humanos, sistemas de paneles, plataformas de líneas directas y módulos de encuestas, las empresas innovadoras convergerán estos sistemas utilizando API y complementos para desarrollar un panel automatizado. Esta estrategia ahorra tiempo y esfuerzo a los administradores de riesgos y, al mismo tiempo, proporciona una visión casi en tiempo real de la situación de una empresa con respecto a la ética y el cumplimiento.
- Desarrollar planes de acción: Con un enfoque basado en datos, el paso final es desarrollar estrategias para remediar los problemas y responsabilizar a las partes responsables. Los administradores y líderes de sitio pueden acceder a los datos y recibir alertas cuando se produzcan picos para que puedan intervenir, implementar nueva capacitación y abordar los problemas antes de que se conviertan en riesgos graves. Un enfoque de arriba hacia abajo con iniciativas de ética y cumplimiento ayudará a impulsar un mensaje de tolerancia cero en toda la organización.
Un camino difícil hacia el éxito
Implementar los pasos hacia un enfoque de ética y cumplimiento moderno y basado en datos no es fácil. Habrá obstáculos y rechazo por parte de los jefes de departamento que no están dispuestos a compartir datos y de los líderes de sitio que se resisten a la idea de que los problemas ocurrieron bajo su gestión. Como resultado, será un ejercicio de gestión del cambio.
En cada paso del camino, es fundamental confiar, resaltar y hacer referencia a los datos. Mostrar ejemplos específicos de mala conducta o incumplimiento y el impacto en el negocio ayudará a eludir las emociones, lo que permitirá a los equipos unificarse para abordar estos riesgos potenciales. También es impactante mostrar el lado financiero de la ecuación destacando las tarifas municipales, los costos de investigación externos, los costos internos y las sanciones financieras. La comparación de estos costos con los ingresos aclara cuán vitales pueden ser los programas mejorados de cumplimiento y ética para los resultados finales de una organización.
Según el informe de GBES, más de uno de cada cinco empleados estadounidenses indicó que su organización tenía una ética sólida y una cultura de cumplimiento. Si bien la fortaleza cultural se encuentra entre las más altas desde el año 2000, se ha mantenido relativamente sin cambios durante la última década con cifras globales significativamente más bajas.
Con el tiempo, este proceso ayudará a las empresas a registrar mejoras, reducir riesgos y reaccionar ante puntos críticos más rápido.
Este artículo apareció originalmente en Revista de Gestión de Riesgos.